Descubre qué es la Tortícolis Muscular, y cómo ayudar a tu bebé
¿Alguna vez has notado que tu bebé inclina su cabeza hacia un lado, como si siempre estuviera mirando por encima del hombro? Podría ser tortícolis muscular congénita, una condición más común de lo que imaginas en los recién nacidos. Aunque la palabra suene un poco alarmante, ¡la buena noticia es que casi siempre tiene solución!
En este artículo, te explicaremos de forma sencilla qué es la tortícolis del lactante, por qué ocurre, cómo identificarla y lo más importante: cómo puedes ayudar a tu pequeño desde casa para que recupere la movilidad de su cuello.

Entendiendo la Tortícolis Muscular en bebés: ¿Qué es y cómo se manifiesta?
Imagina el cuello de tu bebé como una balanza perfectamente equilibrada. En la tortícolis, uno de los «platillos» (un músculo llamado esternocleidomastoideo) se tensa más de lo normal, desequilibrando la balanza. Esto hace que la cabecita se incline hacia un lado y el mentón apunte hacia el lado contrario.
Hablamos de tortícolis congénita cuando esta condición ya está presente al nacer. Aunque a veces puede tardar un mes o dos en hacerse realmente evidente, es importante estar atentos. La tortícolis es, en esencia, una contracción involuntaria de los músculos del cuello que provoca una postura asimétrica de la cabeza.

¿Por qué algunos bebés desarrollan Tortícolis? Las posibles causas
La verdad es que nadie sabe con certeza por qué algunos bebés nacen con tortícolis y otros no. Sin embargo, hay algunas teorías que apuntan a la forma en que el bebé se desarrolló dentro del útero. ¿Te suena el término «venir de nalgas» o que el espacio era un poco «estrecho»?
Estas situaciones pueden ejercer presión sobre el músculo esternocleidomastoideo del bebé. Este músculo es bastante grande y va desde la parte de atrás de las orejas hasta la clavícula, a cada lado del cuello. Si hay una presión excesiva en uno de estos lados, el músculo puede tensarse, ¡dificultando que tu bebé gire su cabecita con libertad!
Señales Clave: ¿Cómo saber si tu bebé tiene tortícolis?
Detectar la tortícolis a tiempo es crucial para un tratamiento efectivo. Presta atención a estas señales:
- Inclinación Constante de la Cabeza: Es el signo más obvio, aunque en bebés muy pequeños puede ser difícil de notar. Parecerá que siempre prefieren un lado.
- Dificultad para Girar la Cabeza: Si tu bebé no sigue los objetos o tu rostro con la cabeza completamente, sino que solo mueve los ojos, podría ser una señal.
- Problemas al Amamantar: ¿Tu bebé prefiere un solo pecho o tiene dificultades para succionar de uno de ellos? La posición de su cuello podría estar influyendo.
- Dificultad para Girarse Hacia Ti: Si le cuesta girar su cabecita para mirarte cuando le hablas o juegas.
- Cabeza Aplanada (Plagiocefalia Posicional): Al acostarse siempre del mismo lado, algunos bebés con tortícolis pueden desarrollar una zona plana en la parte trasera o lateral de la cabeza.
- Asimetría Facial o del Cuello: En algunos casos, pueden presentar una ligera asimetría en el cuello, la mandíbula o la cara.
- Un Pequeño «Bulto» en el Cuello: Ocasionalmente, puede aparecer un pequeño nódulo o endurecimiento en el músculo esternocleidomastoideo afectado, similar a un «nudo» en un músculo tenso.

Diagnóstico y Tratamiento: ¿Qué hacer si sospechas de tortícolis muscular?
Si notas alguno de estos signos, lo primero es consultar a tu pediatra. Un examen físico minucioso suele ser suficiente para diagnosticar la tortícolis del lactante.
La buena noticia es que en la gran mayoría de los casos, la solución es sencilla y no invasiva. El tratamiento principal se basa en ejercicios físicos y medidas posturales. El pediatra, un rehabilitador o un fisioterapeuta te enseñarán ejercicios específicos que puedes realizar en casa. Estos movimientos suaves ayudarán a tu bebé a movilizar el cuello en todas las direcciones. ¡Es fundamental seguir las pautas de los profesionales de la salud!
La evolución suele ser muy positiva, logrando una recuperación total sin secuelas ni deformidades, especialmente si el tratamiento comienza de forma temprana. Solo en una minoría de casos, si la evolución no es la esperada, el pediatra valorará la necesidad de pruebas adicionales o la derivación a un especialista, e incluso en casos muy raros, se podría considerar una intervención quirúrgica.
¿Cómo ayudar a tu bebé en casa con ejercicios sencillos?
Tu rol es fundamental para la recuperación de tu bebé. Anímale a girar su cabeza en ambos sentidos. ¡No te preocupes! Tu bebé no se lastimará al girar su cabeza por iniciativa propia. Estos ejercicios suaves ayudan a relajar los músculos tensos y a fortalecer los que están más débiles.
Aquí te dejamos algunas ideas prácticas y divertidas para incorporar en la rutina diaria:
- Juego a la Hora de la Comida: Si usas biberón o das pecho, ofréceselo de manera que tu bebé tenga que girar su cabeza hacia el lado contrario al que suele inclinarla. ¡La comida es un gran motivador!
- Estimulación en la Cuna: Cuando acuestes a tu bebé para dormir (¡siempre boca arriba para prevenir el SMSL!), colócalo de cara a la pared. Como los bebés son curiosos y les encanta observar la habitación, intentará activamente girarse para no darle la espalda a la habitación. ¡Esto estirará suavemente sus músculos del cuello!
- Tiempo de Juego Activo: Usa sus juguetes favoritos, sonidos o tu propia voz para llamar su atención. Muévelos de un lado a otro para animar a tu bebé a girar su cabeza en todas las direcciones. ¡Hazlo un juego divertido!

Recuerda: la paciencia y la constancia son clave. ¡Con tu ayuda y el seguimiento de los profesionales, tu bebé recuperará la movilidad de su cuello y podrá explorar el mundo con total libertad!
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